El oficialismo encara las sesiones extraordinarias con tensiones internas y una agenda cargada

El Congreso entró en la recta final hacia las sesiones extraordinarias que se desarrollarán del 10 al 30 de diciembre, con dos temas centrales: el Presupuesto 2026 en Diputados y la reforma laboral en el Senado. La Casa Rosada activó un cronograma acelerado, aun sin contar con mayoría propia, y apuesta a ordenar el frente interno para sostener la ofensiva legislativa.
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📲 Click AQUÍ En la Cámara alta, la futura titular del bloque libertario, Patricia Bullrich, ya busca ganar terreno antes de asumir su banca. Según confirmaron fuentes parlamentarias, la exministra pretende quedarse con la presidencia de la comisión de Trabajo, clave para iniciar el debate de la reforma laboral. Hoy esa comisión está a cargo de la cordobesa Carmen Álvarez Rivero, pero en el oficialismo se discute si conviene mover piezas para que Bullrich tome el control al menos durante el tratamiento de ese proyecto.
La jugada se analiza mientras la Casa Rosada procura evitar que Victoria Villarruel intervenga en la estrategia del Senado. La vicepresidenta quedó en el centro de la escena tras un acto reciente que tensó su relación con el oficialismo puro, en especial con el ala que responde a Karina Milei. En este clima, Bullrich se perfila como la única voz autorizada en la Cámara alta para conducir la agenda libertaria.
Mientras tanto, en Diputados, Martín Menem mantendrá el manejo del proyecto de Presupuesto. El presidente Milei siguió desde un palco la ratificación del riojano como titular de la Cámara, un dirigente que pasó en pocas semanas de ser subestimado a erigirse como uno de los interlocutores más buscados por la política tradicional.
En una reunión del oficialismo realizada en el anexo del Senado, Bullrich volvió a plantear su interés por la comisión de Trabajo. Algunas fuentes negaron movimientos inmediatos, mientras que otras señalaron que la exministra pidió el mando puntual para la discusión de la reforma, una pretensión poco habitual pero que no se descarta.
El comienzo del tratamiento será clave para conocer el cronograma real que pretende el Gobierno, en medio de versiones que apuntan a una fecha de dictamen antes de fin de año. En el oficialismo sostienen que avanzar en diciembre ayudaría a mejorar indicadores como el riesgo país, un objetivo que forma parte del discurso económico orientado a generar certidumbre.
También se aguarda la definición sobre cuántas comisiones intervendrán en los proyectos incluidos en el temario extraordinario. Con un mayor ordenamiento interno, en la Casa Rosada buscan reducir la cantidad de pasos administrativos para evitar demoras, incluso en iniciativas que podrían requerir la participación de áreas como Asuntos Constitucionales. El equipo técnico del Senado, que ha evitado tropiezos legislativos en estos dos años, vuelve a ser una pieza clave para sostener el armado.
Las próximas semanas pondrán a prueba la cohesión libertaria y la capacidad del oficialismo para tejer acuerdos en un Congreso donde cada voto será decisivo.
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