Argentina cierra una semana económica tensa con riesgo de recesión

La economía argentina atravesó una de sus semanas más complicadas del último año, con ventas de USD 1.110 millones por parte del Banco Central en solo tres jornadas, un dólar oficial que alcanzó los $1.515 y un riesgo país superior a 1.440 puntos. Más allá de los números financieros, los desequilibrios macroeconómicos ya impactan en la actividad cotidiana de los argentinos, evidenciado en el consumo, la producción y el empleo.

PBI y señales de recesión

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que el PBI del segundo trimestre de 2025 se contrajo 0,1% respecto al trimestre anterior, lo que pone en duda las proyecciones oficiales de crecimiento del 5,4% previstas en el Presupuesto 2026. El economista Guido Sandleris calificó la situación como una crisis, advirtiendo que “el equilibrio fiscal es hoy la principal fortaleza del país, pero la vulnerabilidad está en la falta de un colchón de dólares que funcione como seguro frente a crisis”.

Impacto del frente financiero

El riesgo país elevado encarece el crédito para el sector privado y aumenta los costos de financiamiento del Estado. Por otro lado, la inestabilidad cambiaria dificulta la fijación de precios y la negociación de contratos, generando postergación de compras y freno de ventas. Según Damián Di Pace, director de Focus Market, “cuando no hay un dólar de referencia, no hay precio, y sin precio se paralizan operaciones en múltiples sectores”.

Asimismo, las altas tasas de interés —cercanas al 100% de tasa efectiva anual en plazos fijos— encarecieron el financiamiento de corto plazo, afectando tarjetas de crédito, préstamos comerciales y descubiertos. Aunque la tasa minorista promedio bajó a 54,46%, el costo sigue siendo elevado, impactando en consumo y producción.

La venta de reservas del Banco Central, con niveles inéditos en años recientes, también evidencia los límites de la estrategia oficial para mantener la estabilidad cambiaria.

Consumo, producción y empleo

Los hogares muestran señales de cautela: según un Índice de Consumo de la Universidad de Palermo, el consumo privado cayó 3,2% en agosto, con bajas en restaurantes tradicionales (-4,5%) y supermercados (-5,1%), mientras los mayoristas registraron un descenso del 8,1%.

La producción industrial también sufre: la Unión Industrial Argentina (UIA) indicó que la mayoría de las empresas manufactureras enfrentan caídas en ventas, producción y empleo.

Perspectivas

Economistas advierten que la combinación de actividad en caída, crédito caro y pérdida de reservas podría profundizar la recesión en los próximos meses. Mientras el Gobierno mantiene un discurso optimista, los datos de mercado muestran lo contrario. La confianza del consumidor sigue debilitándose, reflejando el impacto persistente de la coyuntura económica sobre las decisiones de los hogares.

El desafío principal es si el Gobierno logrará recomponer la confianza y estabilizar variables clave antes de que la recesión se consolide. Por el momento, los indicadores muestran una economía en tensión y un panorama complicado para los próximos meses.

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