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Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares en Irán: Fordow, Natanz e Isfahán

El presidente Donald Trump confirmó que Estados Unidos atacó tres instalaciones nucleares clave del régimen iraní, en una ofensiva que representa una intervención militar directa en el conflicto entre Israel e Irán.

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Trump publicó en su cuenta de Truth Social: “Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluidas Fordow, Natanz y Esfahán (…) Se ha lanzado una carga completa de bombas sobre la instalación principal, Fordow”.

El mandatario también aseguró que “todos los aviones están fuera del espacio aéreo iraní y regresan sanos y salvos a casa”. Hasta el momento no se conoce la magnitud exacta de los daños ocasionados.

Sitios nucleares atacados

Los tres objetivos —Fordow, Natanz e Isfahán— son centros neurálgicos del programa de enriquecimiento de uranio iraní. Una destrucción efectiva de estas instalaciones podría retrasar varios años la capacidad nuclear de Teherán, según fuentes estadounidenses.

Expertos señalan que, debido a la estructura subterránea reforzada de Fordow, habría sido necesario emplear bombas de penetración profunda, como la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, exclusivas de la Fuerza Aérea estadounidense. Aunque no se confirmó oficialmente qué tipo de aeronaves participaron, se cree que podrían haber sido bombarderos sigilosos B-2, recientemente desplegados en la base aérea de Guam.

Reacciones internacionales y contexto

La ofensiva ocurre en medio de presiones del gobierno israelí, que reclamaba acciones concretas contra los puntos críticos del programa atómico iraní. La Casa Blanca habría tomado la decisión final en las últimas horas, pese a que Trump había anticipado que se tomaría hasta dos semanas para definir su postura.

Desde Irán, el viceministro de Asuntos Exteriores, Saeed Khatibzadeh, advirtió que la intervención estadounidense “desatará un infierno en toda la región” y que podría convertir la situación en un conflicto prolongado y desestabilizador. A esto se sumaron amenazas de los rebeldes hutíes de Yemen, quienes afirmaron que atacarían barcos y buques de guerra estadounidenses en el Mar Rojo si Washington se alineaba militarmente con Israel.

Escenario abierto

La operación estadounidense marca un punto de inflexión en la escalada regional. Si bien los objetivos eran estratégicos y puntuales, las consecuencias geopolíticas podrían ser de gran alcance. Todavía no se conoce el alcance real del daño a las instalaciones nucleares, y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aún no ha emitido un informe oficial.

Por el momento, se espera que el gobierno iraní defina su respuesta, en medio de crecientes tensiones con Washington y Tel Aviv.

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