Sam Altman admite que no imagina criar a su hijo sin la ayuda de la inteligencia artificial

El avance de la inteligencia artificial no solo redefine la tecnología: también está transformando la vida cotidiana de quienes la impulsan. Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI y uno de los responsables del desarrollo de ChatGPT, lo dejó en claro durante una entrevista en The Tonight Show con Jimmy Fallon, donde reconoció que la herramienta se volvió un apoyo clave en su experiencia como padre primerizo.

Altman relató que una simple charla en una fiesta lo llevó a preocuparse por el desarrollo de su hijo al comparar tiempos de crecimiento con otros bebés. “Fui al baño pensando si tenía que llevarlo al médico al día siguiente”, recordó. Buscó respuestas en ChatGPT y la explicación que obtuvo —que el desarrollo de su hijo era completamente normal— lo tranquilizó de inmediato.

Aunque confesó que a veces siente “un poco raro” consultar a una IA sobre cuestiones íntimas, como el comportamiento de su bebé, admitió que la amplitud de información y la rapidez de la herramienta lo han acompañado en múltiples momentos de incertidumbre propios de la paternidad. “No puedo imaginar haber pasado por criar a un recién nacido sin ChatGPT”, dijo, sin dejar de aclarar que durante generaciones otros padres lo hicieron sin mayores dificultades.

La vida personal de Altman se volvió más visible desde que él y su pareja anunciaron el nacimiento de su hijo en febrero. En otras entrevistas, el empresario ha contado que la paternidad modificó su visión del futuro tecnológico. “Mi hijo nunca crecerá siendo más inteligente que la IA”, expresó anteriormente, reflejando su postura sobre la velocidad con la que avanzan estos sistemas.

En materia laboral, Altman volvió a advertir sobre los cambios que provocará la inteligencia artificial en el mercado de trabajo. Señaló que los primeros empleos en verse afectados no serán los de alta especialización —como médicos o abogados— sino aquellos vinculados al soporte técnico telefónico o informático, donde considera que los modelos actuales ya superan el desempeño humano. Aun así, indicó que la transición no necesariamente generará un impacto extremo en el largo plazo.

También destacó el potencial creativo y productivo que la IA puede liberar, mencionando como ejemplo a los programadores, quienes ya logran generar mayor cantidad de código y acelerar sus procesos.

Pero entre elogios y proyecciones, Altman admitió que la tecnología también le genera preocupación. Reconoció que la responsabilidad que implica el desarrollo de la IA le acarrea noches de insomnio: pequeñas decisiones técnicas tomadas por los equipos pueden influir en la vida de millones de personas. Por eso, sostuvo que su objetivo es que estos sistemas no reflejen su visión personal, sino la “visión moral colectiva de la humanidad”, un desafío que calificó como enorme ante la diversidad de perspectivas globales.

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