SAN NICOLÁS

Reclamos por duplicado: vecinos y personal advierten por graves falencias en el Hospital San Felipe

Crece la tensión por falta de controles y condiciones adecuadas

Tras los reclamos difundidos semanas atrás por la presencia de un hombre que, según vecinos, deambulaba desnudo y se comportaba de forma inapropiada dentro de la guardia del Hospital San Felipe, habría sido finalmente derivado al Hogar San Onofrio de Cañuelas. Ese episodio volvió a poner en discusión el funcionamiento interno del nosocomio y abrió paso a nuevas quejas sobre presuntas falencias que afectarían tanto al personal como a los pacientes.

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Trascendidos sobre la situación interna del hospital

De acuerdo con información que habría llegado a este medio desde fuentes que conocen el funcionamiento interno del hospital —cuyas identidades se preservan por resguardo laboral y conforme a la normativa que protege el secreto profesional periodístico—, existirían dificultades serias en el abastecimiento de insumos básicos. Según estos testimonios, en distintos servicios no habría toallitas descartables para el lavado de manos entre pacientes y se estaría utilizando una remera entregada por servicio como reemplazo, recomendándose secarse con ella y luego aplicar alcohol. También señalan que el personal debería adquirir de su propio bolsillo papel higiénico, rollos de cocina, toallas y hasta sábanas.

Otras fuentes afirman que el hospital no contaría con agua caliente desde hace más de un año y medio, debido a la supuesta rotura de la caldera principal. Aunque se estarían colocando termotanques para suplir esa carencia, se menciona que no habría suministro de gas, lo que afectaría la higiene, el funcionamiento de los servicios y hasta la elaboración de alimentos. La comida para el personal llegaría fría y en la cocina se utilizaría una garrafa para preparar platos destinados a los pacientes.

En el área de bacteriología, los reclamos apuntan a que la falta de gas obligaría a utilizar pequeños mecheros de alcohol, similares a los que se usan en actividades escolares, retrasando procedimientos sensibles de bacteriología que requieren calor constante.

Otra queja recurrente tendría que ver con la contradicción entre las exigencias del área de Infectología y los recursos disponibles: mientras se insistiría en la rigurosidad del lavado de manos, se entregaría —según estos relatos— remeras viejas para secarse las manos, las cuales el personal estaría obligado a usar junto con alcohol, generando fuerte malestar por la falta de insumos adecuados.

También se menciona que en sectores como Neonatología las madres habrían tenido que comprar sus propios rollos de papel y toallas ante la falta de provisión regular.

Infectología también atravesaría dificultades operativas

Pacientes que se atienden en el área de Infectología expresaron malestar por la falta de herramientas básicas. Según comentaron, la profesional del sector no contaría con impresora y debería desplazarse a otras áreas para imprimir órdenes y recetas. Se habría retirado la impresora que antes estaba disponible, dificultando trámites esenciales para personas que necesitan medicación específica (de alto costo) o controles permanentes.

Vecinos denuncian presencia constante de perros dentro del hospital

A estas críticas se suma otro reclamo: la presencia de perros callejeros que circularían libremente dentro del hospital. Según testimonios de vecinos y pacientes, los animales entrarían por diferentes accesos de las guardias y, pese a que el personal de seguridad intentaría retirarlos, volverían a ingresar. Varios incluso dormirían dentro del edificio durante la noche.

La situación preocupa porque la presencia de animales en un establecimiento sanitario puede representar riesgos, como contaminación en áreas donde se exige un nivel estricto de higiene, posibilidad de parásitos, excremento en pasillos y conductas imprevisibles en espacios concurridos. Para quienes realizaron el reclamo, se trataría de una problemática sostenida en el tiempo sin un abordaje efectivo.

Las situaciones descritas por vecinos y por fuentes vinculadas al personal reflejan un escenario que, de confirmarse, exigiría respuestas claras y medidas concretas por parte de las autoridades del Hospital San Felipe. Mientras tanto, quienes utilizan el servicio y quienes trabajan allí coinciden en un punto: la necesidad urgente de recuperar condiciones básicas que garanticen seguridad, higiene y un funcionamiento acorde a la importancia que este establecimiento tiene para toda la comunidad.

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