La Casa Rosada busca evitar una confrontación directa con la CGT dejando afuera las restricciones a las cuotas solidarias

Tras varios cruces internos y el malestar generado en el sindicalismo, el Gobierno resolvió no incluir las restricciones a las cuotas solidarias en el proyecto de reforma laboral. El punto formaba parte del borrador impulsado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, pero finalmente fue descartado para evitar que la discusión escale en un conflicto mayor con la CGT.
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📲 Click AQUÍ Una fuente del Ejecutivo lo sintetizó así: “Es una reforma que tiene por objetivo generar trabajo. Todo lo que no vaya en esa dirección quedará para ser discutido más adelante”. La decisión fue confirmada por dos funcionarios que participaron de la elaboración de la iniciativa.
El reclamo de la CGT ya había quedado expuesto con su ausencia en la última reunión del Consejo de Mayo en Casa Rosada. Aunque el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, explicó que su representante estaba regresando al país desde Washington, lo cierto es que el sector sindical no tuvo participación en ese encuentro, donde se terminaron de cerrar detalles del informe final.
El Gobierno enviará el proyecto laboral al Congreso este jueves, cuando el presidente Javier Milei vuelva de Oslo, adonde viajó para asistir a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz otorgado a la dirigente venezolana María Corina Machado.
El rol del sindicalismo y las discusiones del Consejo de Mayo
En el documento que resume las seis reuniones realizadas desde junio hasta diciembre, quedó asentado que Gerardo Martínez, líder de la UOCRA, planteó la importancia de fortalecer la Formación Profesional y señaló que sus costos pueden reducirse si se aplican de manera planificada. También figura que propuso “reescribir la Ley de Contrato de Trabajo”, aunque desde la central obrera relativizan ese punto.
Martínez había expresado reiteradamente su rechazo a la esencia de la reforma, afirmando que vulnera derechos laborales. “No nos vamos a quedar con los brazos cruzados”, advirtió en más de una oportunidad.
En el Gobierno admiten que Milei mantiene una buena relación con algunos dirigentes gremiales y que en distintas ocasiones fueron recibidos en Casa Rosada. Con la intención de evitar fricciones en el cierre del año, la administración libertaria decidió no avanzar con los aspectos más duros impulsados por Sturzenegger y por la senadora Patricia Bullrich, que generaban rechazo en la CGT.
En los pasillos de Balcarce 50 reconocen que es previsible algún tipo de reacción sindical en los próximos días. “Es lo esperable. Es lo que tienen que hacer”, sostienen quienes siguen de cerca el tema.
El debate interno en el Gobierno estuvo marcado por la resistencia de varios actores a un endurecimiento mayor de la reforma. Entre ellos, el asesor presidencial Santiago Caputo, que mantiene buen diálogo con distintos referentes gremiales, logró imponer su postura frente al sector más rígido.
Aunque el Ejecutivo asegura que el texto está prácticamente definido, aún no trascendieron todos sus puntos. Desde el entorno oficial aclaran que “una cosa es cerrar el proyecto y otra es completar el circuito formal” para su envío al Congreso. Según anticipan, la versión final será publicada en las próximas horas.
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