Tensión en el PJ Bonaerense: Máximo Kirchner busca retener la conducción mientras crece la resistencia del sector de Kicillof
El mandato de Máximo Kirchner al frente del Partido Justicialista bonaerense vence el 18 de diciembre, pero en el entorno del líder de La Cámpora ya adelantaron su intención de continuar otros cuatro años, siempre que haya consenso. Sin embargo, esa posibilidad enfrenta una fuerte resistencia dentro del espacio que responde al gobernador Axel Kicillof, donde varios intendentes impulsan un recambio en la conducción partidaria.
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📲 Click AQUÍ Kirchner asumió la presidencia del PJ provincial en 2021, con apoyo de casi todos los sectores del peronismo. Cuatro años después, el panorama es distinto: las tensiones entre Cristina Kirchner y Kicillof erosionaron los acuerdos internos y reabrieron la disputa por los liderazgos dentro del peronismo bonaerense.
Aunque en un principio se había anunciado que habría elecciones partidarias antes de fin de año, el llamado nunca se concretó. Ahora se analiza postergar los comicios para marzo de 2026, lo que implicaría extender el mandato de Kirchner por algunos meses hasta alcanzar un acuerdo entre las distintas líneas internas.
En el entorno del gobernador aseguran que la conducción del PJ “ya no tiene legitimidad” bajo el mando de Kirchner y plantean que el partido debe alinearse con la gestión provincial. Algunos intendentes proponen que la presidencia recaiga en un dirigente cercano a Kicillof, aunque sin exponerlo directamente en esa disputa, teniendo en cuenta su proyección presidencial para 2027.
Otros sectores, en cambio, creen que el propio Kicillof debería asumir la conducción partidaria como señal de autoridad dentro del movimiento, mientras que entre las posibles alternativas también aparece la vicegobernadora Verónica Magario, figura con peso propio en el conurbano y buena relación con ambos espacios.
En medio de los desacuerdos, el PJ bonaerense enfrenta una definición clave: negociar una lista única o abrir una interna, opción que la mayoría considera inviable por los costos y el riesgo de profundizar las divisiones. Lo cierto es que la pulseada entre kirchnerismo y kicillofismo marca el inicio de una nueva etapa de deliberación en el peronismo provincial.
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