INTERÉS GENERAL

Reforma laboral: 7 de cada 10 argentinos, en contra de los aportes sindicales obligatorios

El Monitor de Opinión Pública (MOP) elaborado por Zentrix Consultora durante el mes de noviembre muestra que el 67,5% respalda convertir la cuota sindical en voluntaria, consolidando una mayoría social que rechaza la obligatoriedad vigente y expresa desconfianza hacia el modelo gremial actual. El relevamiento también registra un apoyo extendido a modificar la normativa laboral, con una opinión pública que se inclina por cambios estructurales en línea con las iniciativas impulsadas por el Poder Ejecutivo Nacional.

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Si a este guarismo se le incorporan quienes se ubican en una posición intermedia –ya sea porque se consideran “neutrales” o porque afirman que no les resulta particularmente relevante el tema– el universo que no se opone a la modificación asciende al 82,2%. En otras palabras, más de ocho de cada diez personas se muestran de acuerdo o, al menos, no presentan resistencia frente a la posibilidad de eliminar la obligatoriedad de los aportes que hoy se descuentan de manera compulsiva a los trabajadores. Sólo un 17,8% sostiene que el sistema actual debe continuar tal como está.

La imagen de los sindicatos constituye otro punto crítico. Los datos muestran una desconfianza estructural: sólo 15,2% declara una percepción positiva, mientras que 63,9% expresa una valoración negativa. El rechazo no obedece únicamente a posicionamientos ideológicos. También expresa una experiencia acumulada de distancia con las preocupaciones cotidianas, percepción de estructuras burocráticas y dirigencias encapsuladas desde hace décadas. El contraste entre su peso histórico y la legitimidad actual queda evidenciado en el relevamiento, donde incluso entre votantes peronistas –su base sociológica tradicional– la negatividad alcanza el 30,2%, revelando que la crisis de confianza excede cualquier frontera partidaria.

Credibilidad en las cifras oficiales

La confianza en el INDEC muestra en noviembre una mejora leve pero consistente. El 37,2% declara confiar en las cifras oficiales, frente a un 59,2% que mantiene una postura de desconfianza. Aunque esta última continúa siendo mayoritaria, el crecimiento de la confianza respecto del mes anterior señala un proceso incipiente de recuperación institucional. El nivel actual no modifica del todo el escepticismo acumulado, pero sí introduce una tendencia más favorable en la percepción pública del organismo. 

En paralelo, la inflación perdió centralidad como preocupación principal. Sólo el 5,1% la menciona como el problema más importante del país, ubicándose muy por debajo de la situación económica (30,7%) y de la corrupción (22,6%). Este desplazamiento no implica que la inflación deja de ser relevante, sino que el malestar social se distribuye hoy en un abanico más amplio de dimensiones económicas y políticas. En ese contexto, los debates sobre reformas laborales, modernización institucional y cambios en el sistema sindical aparecen como parte de una agenda más amplia de reorganización económica percibida por la ciudadanía.

Las principales preocupaciones del país muestran un diagnóstico compartido, pero con prioridades muy distintas según la identidad política. A nivel nacional, el desafío dominante es la situación económica general (30,7%), seguida por la corrupción (22,6%) y el desempleo (13,1%), un patrón que combina malestar material con percepciones institucionales. Problemas como educación (8,9%), inseguridad (8,3%) y narcotráfico (7,5%) aparecen en un segundo plano, mientras que la inflación –que históricamente lideraba el ranking– queda relegada al 5,1%, confirmando su pérdida de centralidad en la agenda ciudadana.

La segmentación revela diferencias estructurales entre ambos electorados. Entre los votantes de Milei, la corrupción (22,6%) emerge como principal problema, seguida por la economía (19,5%) y la inseguridad (15%), un orden que refleja una lectura más institucional que económica de la crisis. En contraste, entre los votantes peronistas la situación económica general sube a 39,2% –muy por encima de cualquier otro punto– lo que evidencia que este segmento concentra su preocupación en el deterioro macroeconómico. Temas como corrupción (24,5%) o desempleo (14,8%) ocupan posiciones secundarias, mientras que la inseguridad y el narcotráfico prácticamente no tienen peso (2,8% y 4,5%, respectivamente).

El contraste de prioridades sintetiza dos narrativas coexistentes sobre la crisis argentina: una centrada en el deterioro económico y otra que interpreta el problema a través de la corrupción y la inseguridad. En conjunto, el relevamiento muestra que no existe una preocupación única que organice el clima social, sino un escenario donde conviven malestar económico, desconfianza institucional y tensiones estructurales que se distribuyen de manera desigual según la identidad política del votante.

Imagen de dirigentes políticos

La medición de noviembre sobre la imagen de los principales dirigentes políticos exhibe un escenario estable en la polarización nacional y con diferencias marcadas, según el grado de conocimiento y la proyección de cada figura.

Javier Milei. En noviembre, la imagen del presidente Javier Milei muestra una mejora tras las elecciones legislativas de octubre, que reforzaron el peso parlamentario del oficialismo y marcaron la derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires. Su imagen positiva sube de 35,5% a 40,5%, mientras la negativa baja de 59,9% a 51,9%, reduciendo el saldo desfavorable. El movimiento mensual refleja un claro efecto post legislativas: Milei consolida su apoyo interno tras el resultado electoral sin mejorar su aceptación en sectores opositores.

Axel Kicillof. En noviembre, su imagen retrocede tras las elecciones legislativas de octubre, donde el peronismo sufrió una derrota clave en la provincia de Buenos Aires. Su imagen positiva baja de 43,9% en octubre a 38,6%, mientras que la negativa sube de 48,5% a 53,2%, marcando un deterioro claro en su diferencial. La comparación mensual muestra que Kicillof siente de manera directa el efecto post electoral: pierde imagen luego del resultado adverso en Buenos Aires y queda más expuesto en un contexto de polarización creciente.

Diego Santilli. En noviembre, el diputado electo y actual ministro del Interior de la Nación alcanza una imagen positiva de 38,8% y una negativa de 49,2%. Entre votantes del oficialismo, la positiva escala a 74,4%, mientras que en votantes opositores su imagen negativa es de 93,5%. Su designación como ministro –tras el triunfo legislativo del oficialismo el 26 de octubre último en la provincia de Buenos Aires– explica este fuerte perfil público.

Karina Milei. En noviembre registra 20,6% de positiva y 65,5% de negativa, conformando uno de los diferenciales más desfavorables del tablero político. La distribución por voto muestra el origen de esa estructura: entre votantes oficialistas alcanza 39,5% de imagen positiva, pero incluso dentro de ese electorado mantiene 36,5% de negativa, un nivel de rechazo interno muy alto para una figura del entorno presidencial. La consolidación de su rol público tras las legislativas de octubre no se traduce en un fortalecimiento de su imagen. Por el contrario, los datos indican que no logra trasladar la valoración positiva del Presidente de la Nación, mostrando que su figura opera más como un componente identitario del oficialismo que como un activo político con capacidad propia de expansión.

Ramiro Marra. En noviembre presenta una imagen compuesta por un 26,8% de positiva y un 51,7% de negativa. Entre votantes oficialistas alcanza un 52,2% de positiva, mientras que entre votantes peronistas el rechazo se eleva a 89,4%, reflejando una polarización contundente. Como legislador porteño y figura asociada al espacio libertario, Marra combina su actividad parlamentaria con una fuerte presencia mediática, particularmente en redes y como divulgador financiero.

Pedro Rosemblat. Registra en noviembre una imagen positiva de 36,9% y una negativa de 28,8%, con un nivel de desconocimiento de 16,7%, con un diferencial positivo más alto que otros cuadros emergentes. Rosemblat es un comunicador que fundó el canal de streaming Gelatina. Este entorno le otorga visibilidad en segmentos urbanos jóvenes e internamente conectados con redes sociales, pero también genera una familiaridad que complica su expansión en electores poco digitales o más tradicionales. Rosemblat es una figura emergente con una imagen relativamente favorable en terreno moderado, pero sin consolidación dentro del mileísmo y con un nivel de desconocimiento significativo (16,7%).

Tomás Rebord. En noviembre muestra un perfil aún en construcción, atravesado por altos niveles de desconocimiento. Registra 26,5% de imagen positiva, 12,3% de negativa y un 41,3% de desconocimiento, el más elevado entre las figuras medidas. Su distribución por voto revela una dinámica clara: es considerablemente más aceptado por electores peronistas que por seguidores de Milei.

Daniel Parisini. El “Gordo Dan” presenta en noviembre un perfil de imagen fuertemente negativo. Registra 16,7% de positiva, 59,3% de negativa y 11,1% de desconocimiento, componiendo uno de los diferenciales más desfavorables entre los comunicadores medidos. La polarización por voto es extrema: entre quienes apoyaron a Milei alcanza 33,3% de positiva, pero incluso dentro de ese núcleo tiene un 27,5% de negativa. Entre los votantes de Massa el rechazo es prácticamente total (93,9%). 

Sobre el estudio

Los datos surgen del Monitor de Opinión Pública (MOP), un estudio desarrollado desde Zentrix Consultora con el propósito de relevar percepciones políticas y económicas de la población residente en Argentina. El relevamiento correspondiente a la medición de noviembre incluyó 1.150 casos válidos con cobertura nacional y fue realizado mediante un diseño muestral ponderado por región y edad según el último padrón electoral. La recolección de datos se efectuó a través de un cuestionario autoadministrado en línea (Google Forms), con difusión controlada y posterior depuración de duplicados y registros inválidos. Se aplicaron mecanismos de validación mediante variables externas (como el voto declarado en el balotaje presidencial de 2023 y en las legislativas de octubre de 2025), y los resultados fueron ajustados para garantizar representatividad nacional. Bajo estas condiciones, el margen de error teórico se estima en ±2,89%, con un nivel de confianza del 95%. Los resultados no deben extrapolarse a niveles subnacionales sin la debida cautela metodológica.

Sobre Zentrix Consultora

Zentrix está integrada por un equipo de profesionales especializados en transformar datos en información útil. A través del relevamiento, el análisis estadístico y la elaboración de informes claros y personalizados, acompañamos a organizaciones en la comprensión de su entorno, la planificación precisa y la construcción de mensajes estratégicos que mejoran su capacidad de comunicar y posicionarse.

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