Kicillof enfrenta una nueva prueba política en la Legislatura con el Presupuesto 2026

El gobernador Axel Kicillof presentó el Presupuesto 2026 ante la Legislatura bonaerense y, con él, abrió un capítulo clave en la interna del peronismo provincial. En los pasillos de La Plata, la incógnita gira en torno al comportamiento de los legisladores alineados con Cristina Fernández de Kirchner, con quienes el vínculo político atraviesa su punto más frágil.

“Con el Presupuesto va a quedar claro quiénes son parte del oficialismo y quiénes de la oposición”, resumió un funcionario del entorno del Gobernador, marcando la distancia entre el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) —el espacio que lidera Kicillof— y el cristinismo.

En esta nueva negociación, el Ejecutivo bonaerense busca aprobar el Presupuesto, la Ley Impositiva y el endeudamiento, mientras intenta contener las tensiones internas. Desde el Gobierno provincial destacaron la actitud del Frente Renovador, que, según indicaron, estaría colaborando para “lograr consensos”. En esa línea, hubo un gesto hacia Sergio Massa, a quien se le reconoce su rol para evitar que la coalición se fracture.

La presentación formal se llevó a cabo en el Salón Dorado de la Gobernación, con presencia de referentes de La Cámpora, un dato que fue leído como una señal institucional. Sin embargo, puertas adentro, persiste una frialdad evidente: los gestos entre ambos sectores están marcados por la desconfianza. “Vamos a acompañar todo lo que sea bueno para los bonaerenses”, deslizaron desde un municipio camporista, eludiendo el pedido del jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, quien había reclamado apoyo total al Gobernador.

La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, reflejó la incomodidad tras la presentación al afirmar: “Me vine con un cuadernito para anotar todo porque quería ver números. Hay números de otros ítems, pero no del Fondo de Fortalecimiento para municipios”. Su comentario fue interpretado como una muestra del clima tenso que atraviesa la relación política entre Kicillof y los referentes de la agrupación kirchnerista.

En el entorno del mandatario bonaerense admiten que la relación con el cristinismo “está rota”, aunque ambos sectores parecen decididos a mantenerse bajo el mismo techo político. “Nuestra gran victoria es haber hecho nuestra propia estrategia electoral sin romper con Cristina. Hicimos algo que ella no quería y no necesitamos romper nada”, sostienen cerca de Kicillof, que intenta mantener distancia de su mentora sin romper del todo.

La derrota electoral del 26 de octubre agudizó las tensiones dentro del peronismo provincial. Mientras Kicillof busca consolidar su liderazgo territorial, el sector que responde a CFK y Máximo Kirchner sigue defendiendo el papel de la ex presidenta en la campaña nacional.

En el Gobierno provincial hay temor a que los legisladores camporistas obstaculicen el debate presupuestario, tal como ocurrió en ocasiones anteriores. “Axel tiene que sacar el endeudamiento, si no va a tener una gestión complicada. Y para eso necesita el apoyo del peronismo”, admitió un funcionario del entorno más cercano al Gobernador.

En paralelo, en el MDF exigen gestos más claros de independencia política respecto de Cristina Kirchner, mientras los sectores más duros del camporismo mantienen su defensa férrea hacia la ex mandataria. “No podemos terminar haciendo una discusión a cielo abierto sobre el Presupuesto. Hay que empezar a trabajar con temas de fondos y evitar que todo termine en la interna”, advirtió un referente vinculado a la ex presidenta.

El futuro inmediato del oficialismo bonaerense dependerá, en buena medida, de cómo se resuelva esta pulseada silenciosa entre Kicillof y La Cámpora, una relación que se sostiene, cada vez más, por conveniencia antes que por afinidad.

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