El adiós a las memorias USB: cómo almacenar y compartir archivos en la era digital

Durante décadas, las memorias USB fueron esenciales para guardar, transportar y compartir archivos, desde documentos hasta fotos y videos. Sin embargo, la rápida evolución tecnológica y el crecimiento del almacenamiento en la nube han reducido su protagonismo, dejándolas como una solución de emergencia o para usos muy específicos.
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📲 Click AQUÍ Las memorias USB presentan varias limitaciones frente a las necesidades actuales. Su capacidad habitual de entre 64 y 512 GB resulta insuficiente para almacenar videos en 4K o grandes volúmenes de datos profesionales. Aunque existen versiones de hasta 2 TB, resultan menos convenientes en comparación con discos SSD externos, que ofrecen mayor espacio, mejor desempeño y precios similares.
La velocidad también es un problema: la memoria flash de los pendrives es más lenta que la de los SSD modernos, que usan USB-C o Thunderbolt y permiten transferir archivos en segundos. Además, la mayoría de los nuevos dispositivos dejaron atrás el USB-A, típico de los pendrives, lo que obliga a usar adaptadores poco prácticos. El diseño de los USB prácticamente no ha cambiado en dos décadas, mientras que el entorno digital ha migrado hacia soluciones conectadas, rápidas y seguras.
Entre las alternativas más eficientes se destacan:
- Discos SSD externos: compactos, rápidos y resistentes, ideales para mover datos voluminosos, editar videos o realizar copias de seguridad.
- Tarjetas SD y microSD: especialmente útiles para cámaras, smartphones o portátiles, por su tamaño reducido, compatibilidad y precio accesible.
- Almacenamiento en la nube: plataformas como Google Drive, iCloud, OneDrive y Dropbox permiten acceder a archivos desde cualquier dispositivo, sincronizar documentos automáticamente y compartirlos o editarlos de forma colaborativa y segura.
Aunque los USB siguen siendo útiles para tareas específicas, como instalar sistemas operativos en equipos sin conexión a internet o en entornos aislados por seguridad, su uso cotidiano ha disminuido notablemente. La integración de 5G, dispositivos conectados y servicios en la nube hace que transportar archivos físicamente ya no sea necesario.
La era del pendrive llega a su fin, dando paso a un ecosistema digital basado en velocidad, conectividad permanente y acceso inmediato a la información, sin depender de soportes físicos.
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