El FMI define el próximo desembolso

El Fondo Monetario Internacional (FMI) deliberará sobre el caso argentino el 31 de julio, una fecha ya marcada por el Gobierno nacional aunque aún no figure en la agenda oficial del organismo. Se espera que ese día se apruebe la primera revisión del acuerdo firmado en abril con la administración de Javier Milei, lo que destrabaría un nuevo desembolso. La señal llegaría en un contexto de creciente incertidumbre política y mayor volatilidad económica, en plena carrera electoral.
¡Mantenete al tanto de las últimas noticias de San Nicolás y el país!
Unite a nuestro CANAL DE WHATSAPP y recibí las novedades directamente en tu teléfono.
📲 Click AQUÍ En línea con el carácter electoral del año, el FMI otorgará un waiver (perdón) por el incumplimiento en la meta de acumulación de reservas, aunque destacará el superávit fiscal registrado desde enero, así como la desaceleración de la inflación, dos ejes centrales de la estrategia económica del oficialismo.
Aceleración pragmática: reservas y dólar
Durante la última semana, el Gobierno avanzó en la acumulación de divisas, clave para sostener el acuerdo con el FMI. El Tesoro compró US$764 millones en el mercado, de los cuales US$320 millones se adquirieron sólo en los últimos días. A esto se suman los US$1000 millones obtenidos por emisión de bonos y los US$2000 millones que el Banco Central captó mediante una operación con bancos internacionales.
Este giro pragmático contrasta con el discurso inicial de la gestión Milei, que sostenía que no era necesario acumular reservas bajo el nuevo esquema de tipo de cambio. Ahora, la intervención estatal volvió con fuerza, incluso con herramientas que el propio Gobierno había descartado meses atrás, como los pases pasivos, con el objetivo de frenar la escalada del dólar, que había llegado a tocar los $1300 en bancos minoristas.
Inflación bajo control, pero señales de agotamiento
La estrategia oficial apunta a llegar a octubre con inflación y tipo de cambio contenidos. Según trascendidos, el ministro Luis Caputo fue claro en reuniones privadas: “El plan es ganar las elecciones”, resumió.
Sin embargo, algunos indicadores comienzan a encender alertas. La mora en créditos personales en entidades financieras creció del 2-3% al 6% en ciertos bancos. Desde el sector explican que cada vez más personas financian consumos básicos, como alimentos, con tarjetas de crédito. Esto ocurre pese a que el crédito aún crece, aunque a menor ritmo, lo que sugiere un posible estancamiento del crecimiento económico.
El mercado anticipa la “fase 4” del plan
En el mercado se consolida la expectativa de que, tras las elecciones, el Gobierno deberá lanzar una nueva etapa de su plan económico. Esta “fase 4” debería incluir definiciones sobre el tipo de cambio, la acumulación de reservas, y un programa de transición sectorial. También se espera que avance en reformas estructurales: laboral, tributaria y del sistema previsional.
Sin embargo, la viabilidad política está en duda, especialmente tras el creciente conflicto con los gobernadores provinciales.
Conflicto federal: obras frenadas y promesas incumplidas
Los gobernadores dialoguistas expresan malestar por demoras en transferencias y en obras públicas prometidas. Algunos comenzaron a despegarse del Gobierno nacional con cartelería en obras inconclusas. Tal es el caso de Maximiliano Pullaro en Santa Fe, o de intendentes del conurbano bonaerense, como en Tigre.
Además, La Libertad Avanza ha intentado competir en distritos con armados propios, generando tensiones con aliados locales que en su momento aportaron apoyo legislativo. La consecuencia es un aislamiento político creciente y falta de interlocutores institucionales. Como expresó un gobernador del Norte: “No tenemos con quién hablar, ni siquiera para una obra. Cerraron Vialidad sin tener listo el nuevo esquema”.
La estrategia del veto y los límites del poder
A pesar del conflicto con las provincias, el Gobierno sigue apostando a sostener su esquema sin acuerdos políticos amplios. Esta semana sólo Salta, Jujuy y Tucumán recibieron adelantos financieros. La lógica detrás de la medida parece ser concentrar recursos en aliados circunstanciales, a la espera de que una victoria electoral en octubre refuerce el poder político de Milei.
No obstante, aun con un buen resultado electoral, el oficialismo no tendrá mayoría automática en el Congreso, lo que lo obligará a seguir negociando con bloques opositores. La estrategia de vetos permanentes tiene un límite institucional.
LEER: Encuesta electoral: ventaja libertaria y alerta por el ausentismo