Consumo de huevos y su impacto en los riñones
Huevos en dietas renales: beneficios y precauciones clave

Durante años, los huevos fueron considerados controvertidos por su contenido de colesterol. Sin embargo, investigaciones recientes indican que pueden integrarse en una dieta saludable, incluso en personas con enfermedad renal, siempre bajo supervisión médica y en porciones adecuadas.
Los huevos aportan proteínas de alta calidad, vitaminas como D y antioxidantes, pero su contenido de fósforo en la yema puede representar un riesgo para pacientes con enfermedad renal crónica (ERC), especialmente en etapas avanzadas o bajo diálisis.
¿Cuántos huevos se pueden consumir?
La cantidad recomendada varía según el estado renal y tratamiento. Pacientes en hemodiálisis o diálisis peritoneal requieren mayor aporte proteico y pueden beneficiarse del consumo de claras de huevo, que son bajas en fósforo.
Por el contrario, se recomienda limitar la yema debido a su carga mineral. En etapas tempranas de ERC, puede ser necesario moderar el consumo total de huevos y priorizar otras proteínas con menor carga de fósforo.
Impacto de la yema en la enfermedad renal
La yema contiene nutrientes esenciales, pero también altos niveles de fósforo, que el riñón deteriorado no puede eliminar eficazmente. El exceso de fósforo aumenta el riesgo de problemas óseos, calcificación vascular y complicaciones cardiovasculares.
Por ello, la National Kidney Foundation aconseja reducir o evitar las yemas cuando los niveles de fósforo en sangre están elevados, priorizando las claras para obtener proteína sin la carga mineral.
Beneficios de las claras de huevo
Las claras son una fuente segura y recomendada de proteínas para pacientes con ERC, ya que tienen bajo contenido de fósforo, potasio y sodio. Instituciones como la American Kidney Fund y la Cleveland Clinic avalan su inclusión habitual en la dieta renal.
Además, las claras se pueden consumir en múltiples preparaciones, facilitando la variedad y el cumplimiento nutricional sin riesgos.
Recomendaciones finales
- Pacientes trasplantados deben evitar yemas crudas o poco cocidas para prevenir infecciones alimentarias.
- Es fundamental adaptar el consumo de huevos según el estadio de la enfermedad, tratamiento y necesidades individuales.
- La consulta con nutricionistas especializados en nefrología es clave para un plan alimentario seguro y efectivo.