Menos tecnología, más juego: así será la infancia de los niños nacidos desde 2025

La Generación Beta, integrada por los niños nacidos a partir de 2025, podría experimentar una infancia radicalmente distinta a la de sus predecesores inmediatos. A diferencia de la Generación Alfa, marcada por el contacto precoz con dispositivos digitales, los nuevos niños crecerán con menos tecnología en sus primeros años de vida.

Este cambio de paradigma no implica un retroceso tecnológico, sino una reacción consciente frente a las consecuencias detectadas por el uso excesivo de pantallas en la infancia. Diversos estudios internacionales han advertido sobre retrasos en el lenguaje, trastornos del sueño y dificultades de socialización en menores expuestos durante largas horas a estímulos digitales.

Francia impulsa un marco legal para restringir pantallas

Uno de los casos más emblemáticos es el de Francia, que ha comenzado a limitar legalmente el acceso a pantallas desde edades muy tempranas. La ministra de Sanidad, Catherine Vautrin, propuso una estrategia nacional con medidas tajantes:

• Prohibición total de pantallas entre los 0 y 3 años.
• Uso limitado hasta los 6 años.
• Restricciones para el acceso a teléfonos, internet y redes sociales hasta los 11, 13 y 15 años, respectivamente.

Estas restricciones no buscan sancionar a las familias, sino ofrecer un marco de referencia estatal que ayude a los padres a tomar decisiones con respaldo científico y político.

Según docentes y profesionales de la salud consultados en Francia, los efectos positivos ya son visibles: niños que antes no hablaban o no interactuaban, comenzaron a comunicarse y jugar luego de reducir su tiempo frente a dispositivos.

España también avanza hacia una infancia menos digitalizada

En España, aunque no hay una ley nacional equivalente, varias comunidades autónomas —entre ellas Madrid, Asturias, Galicia, Cataluña y Baleares— comenzaron a limitar el uso de pantallas en las aulas. Se priorizan métodos tradicionales como:

• Materiales manipulativos.
• Lectura en papel.
• Juego simbólico y experiencias sensoriales.

Además, la nueva ley de protección de menores en entornos digitales busca fijar los 16 años como edad mínima para abrir cuentas en redes sociales y exigir verificación obligatoria de identidad, con el objetivo de retrasar la exposición a contenidos digitales perjudiciales.

Un regreso a la infancia analógica, por decisión colectiva

Este giro pedagógico en Europa refleja una tendencia más amplia: proteger la infancia de la sobreexposición digital y revalorizar el juego, el vínculo humano y la exploración del entorno físico.

Paradójicamente, la Generación Beta nacerá en una era dominada por la inteligencia artificial, pero podría tener una infancia más parecida a la de los años ’60 o ’70: con juegos al aire libre, relaciones cara a cara y libros de papel.

La idea que comienza a consolidarse es clara: la tecnología debe estar al servicio del desarrollo humano, no reemplazarlo. Los niños de esta nueva generación no serán menos digitales por falta de acceso, sino por una decisión informada y colectiva de priorizar el bienestar emocional, cognitivo y social.

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