Cristina y Máximo Kirchner recuperan centralidad mientras Kicillof busca sostener su autonomía política
El liderazgo del peronismo en disputa: la figura de CFK sigue marcando el pulso, pero las tensiones internas obligan a redefinir equilibrios de poder
En medio de la conmoción generada por la detención domiciliaria de Cristina Fernández de Kirchner, se reabrió una discusión central dentro del peronismo: ¿quién conduce el espacio político más grande de la oposición? Lejos de haber una respuesta única, el liderazgo se encuentra fragmentado entre distintas figuras con peso propio, y ninguna concentra hoy un mando absoluto.
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📲 Click AQUÍ Cristina Kirchner conserva la centralidad simbólica y emocional para un amplio sector del movimiento. Su protagonismo en actos públicos, intervenciones en redes sociales y menciones constantes en la agenda mediática le devolvieron visibilidad y liderazgo en un momento de debilidad, producto de su inhabilitación política y condena en la causa Vialidad. Pero, como señalan dirigentes del propio espacio, su capacidad de conducción hoy alcanza solo a los sectores más leales.
El ascenso del MDF y la puja por el armado electoral
Del otro lado del tablero, el gobernador Axel Kicillof sostiene su construcción dentro del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), un espacio que articula intendentes, legisladores y referentes sindicales. Kicillof logró impulsar una autonomía real respecto a La Cámpora y al propio liderazgo de CFK, y ahora enfrenta el desafío de mantener ese capital político frente a las presiones internas.
“El principal problema que tiene La Cámpora es la existencia del MDF”, reconoció un intendente cercano al gobernador. En esa línea, surgen interrogantes clave: ¿quién tiene hoy el poder real para definir candidaturas? ¿Hasta dónde llega la influencia de Máximo Kirchner frente a un Axel Kicillof que pisa fuerte en territorio bonaerense?
Negociaciones trabadas y el desafío del 2027
Las mesas de negociación entre el cristinismo y el kicillofismo no lograron avances significativos. Ni el diálogo directo entre Máximo y Axel, ni el intento de acercamiento entre segundas líneas prosperaron. En paralelo, el gobernador debe sostener su influencia si pretende posicionarse como candidato presidencial en 2027. Para eso, necesita imponer condiciones en el armado bonaerense de este año, mantener cohesionado al MDF y evitar que lo arrastre una lógica de verticalismo que ya no tiene el peso de otras épocas.
Mientras tanto, el clima de interna se disimula en público, pero en privado las tensiones se incrementan. La centralidad de CFK bajo arresto domiciliario, si bien poderosa, no alcanza para ordenar por sí sola al conjunto del peronismo, que se mueve con otras urgencias e intereses a futuro.
El futuro de Axel Kicillof y su proyecto presidencial depende de su capacidad para resistir los embates internos, negociar desde una posición de poder y construir una figura nacional sin depender exclusivamente de la tutela de CFK. En un peronismo donde las jefaturas son múltiples y los liderazgos parciales, el desafío es doble: no romper la unidad, pero tampoco quedar subordinado.
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