León XIV inicia su pontificado con un fuerte mensaje por la paz y la justicia social
Ante una multitud de fieles y líderes de todo el mundo, el nuevo pontífice convocó a construir una Iglesia unida que actúe como “fermento para un mundo reconciliado” y criticó con firmeza la exclusión de los más vulnerables.

Con una misa solemne en la Plaza de San Pedro, León XIV asumió oficialmente como nuevo papa de la Iglesia católica, convirtiéndose en el primer pontífice nacido en Estados Unidos. Frente a más de 200.000 personas y delegaciones internacionales, el nuevo obispo de Roma puso el foco en la unidad, la paz y la denuncia de las desigualdades económicas.
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“Quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida (…) que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”, declaró durante su homilía, marcada por un tono emotivo y un fuerte contenido social.
Un pontífice con orientación latinoamericana
A sus 69 años, León XIV –nacido en Chicago y nacionalizado peruano– eligió su nombre en homenaje a León XIII, conocido como el impulsor de la doctrina social de la Iglesia. Con esa inspiración, denunció “un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres”, y expresó su deseo de ser “un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría”.
La ceremonia incluyó la entrega del palio y del Anillo del Pescador, símbolos del pontificado, y fue seguida por miles de fieles desde las calles cercanas, en un contexto de estrictas medidas de seguridad.
Participación internacional y gesto de distensión
Entre las 200 delegaciones presentes se destacaron figuras como el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, quienes protagonizaron un simbólico apretón de manos, tras un tenso encuentro bilateral meses atrás.
Estados Unidos y Perú, países vinculados al papa por su doble nacionalidad, ocuparon lugares preferenciales. La presidenta peruana Dina Boluarte encabezó la representación latinoamericana, acompañada por los mandatarios de Colombia, Ecuador y Paraguay.
También estuvieron presentes los reyes de España, autoridades de la Unión Europea y líderes religiosos de diversas confesiones, entre ellos representantes de comunidades judías, islámicas, budistas e hindúes.
Un mensaje de continuidad y renovación
Durante su discurso, el papa recordó con afecto al fallecido Francisco, a quien definió como “pastor carismático”, y aseguró que su muerte “llenó de tristeza nuestros corazones”.
La misa incluyó una oración especial por las víctimas de la guerra en Gaza y Ucrania. “No podemos olvidar a nuestros hermanos y hermanas que sufren a causa de las guerras”, dijo, antes de confirmar su reunión privada con Zelensky.
León XIV también incluyó referencias personales: visitó la tumba de San Pedro antes de la ceremonia y pidió a los fieles mirar a Cristo “con humildad y alegría”.
Desafíos y prioridades del nuevo papado
Desde el inicio de su pontificado, León XIV marcó una agenda con fuerte compromiso social, abogando por la liberación de periodistas detenidos y proponiendo la mediación del Vaticano en conflictos internacionales. En su primer discurso ante el cuerpo diplomático, denunció las “condiciones de trabajo indignas” y ratificó su visión tradicional de la familia.
La Iglesia que hereda enfrenta desafíos profundos: el escándalo de abusos sexuales, el rol de la mujer, el celibato sacerdotal y una creciente polarización interna entre sectores reformistas y conservadores.
Con una mirada pastoral que recupera gestos tradicionales, como el uso de la mozzetta roja, pero con énfasis en la justicia social, León XIV parece dispuesto a caminar entre la continuidad doctrinal y una renovada vocación de servicio al mundo actual.
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