MÚSICA

Abel Pintos celebra sus 41 años: de promesa del folclore a ícono popular con una vida familiar plena

Del escenario de Cosquín al corazón del público

A los 14 años, un joven Abel Pintos debutaba en el escenario mayor del Festival de Cosquín, vestido con sobriedad y cantando folclore. Hoy, a los 41, el artista nacido en Bahía Blanca ha consolidado una carrera que lo llevó a experimentar con distintos géneros musicales, desde la cumbia al reggaetón, sin perder su esencia. Más allá de su transformación estética y artística, conserva la misma pasión que lo impulsó desde niño.

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Un descubrimiento que cambió su destino

Criado en Ingeniero White, junto a sus hermanos Ariel y Andrés, Abel mostró su talento desde muy pequeño en actos escolares. Fue a los 7 años cuando el cantante Raúl Lavié lo escuchó por casualidad y decidió llevarse un cassette suyo. Aquel material llegó hasta León Gieco, quien se convirtió en su guía y apoyo en los primeros pasos profesionales.

Abel en sus inicios

Una carrera que no se detiene

En 1997 lanzó su primer disco, Para cantar he nacido, y un año después debutó en Cosquín, conquistando al público con su voz. Desde entonces, acumuló 11 álbumes de estudio, 3 en vivo y 19 Premios Gardel, incluyendo tres de Oro. En 2017 se convirtió en el primer folclorista en llenar el Estadio de River Plate, consolidando su lugar en la historia musical argentina.

La evolución de su estilo sin perder la raíz

Aunque Pintos nunca se alejó del folclore, incorporó nuevos ritmos que lo acercaron a públicos diversos. Hoy sus shows convocan a tres generaciones, desde abuelos a nietos, que corean sus canciones con fervor. Su imagen también evolucionó, guiado por asesores de moda, sin dejar que la fama alterara su humildad. “Siempre trato de no cambiar en mi manera de ser”, aseguraba en sus comienzos, y hasta hoy conserva esa filosofía.

El amor que transformó su vida

La intimidad de Abel siempre despertó interés, aunque él eligió mantenerla en reserva. Todo cambió al reencontrarse con Mora Calabrese, una empresaria chaqueña a quien conoció en 2013 durante un show en Pampa del Indio. A pesar de la distancia y los obstáculos, el vínculo se afianzó con los años. “Cuando vos te enamorás de la manera en la que yo me enamoré de Mora, ya algo te transformó”, expresó.

Abel el día de su boda con Mora Calabrese

Una familia que es su mayor refugio

En 2020 anunciaron que esperaban un hijo y se mudaron a Resistencia, para que Mora estuviera cerca de su familia. Así nació Agustín, el 21 de octubre de ese año. Luego llegó la propuesta de casamiento el 14 de febrero de 2021, y celebraron el enlace en tres instancias, con ceremonia civil, religiosa y una gran fiesta.

Pintos junto a Guillermina, la hija de Mora, y el pequeño Agustín

El 12 de septiembre de 2024, nació Rosario, completando la familia. Mientras Pintos sigue cosechando éxitos —como llenar 34 veces el Luna Park con Es ahora junto a Luciano Pereyra—, su mayor logro parece estar lejos de los escenarios. “Yo le hice mucho daño. Fui el tóxico en la relación. Pero cuando nos reencontramos, le dije: ‘Quiero comenzar una vida con vos’. Y ella me dijo: ‘Siempre estuve acá’”, reflexionó. Hoy, con dos hijos y una familia unida, celebra más que un cumpleaños: celebra una vida plena.

Rosario, la hija menor de Abel y Mora
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